Hay que
empezar por un análisis exacto de todo lo que los hombres llaman crimen,
comenzar por convencerse de que lo que así caracterizan no es más que la infracción
de sus leyes y sus costumbres nacionales, de que lo que se llama crimen en
Francia deja de serlo a cien lenguas de aquí, de que no hay ninguna acción que
sea realmente considerada como crimen en toda la tierra y de que, por
consiguiente, nada en el fondo merece razonablemente el nombre de crimen, que
todo es cuestión de opinión y geografía.
Donatien
–ALPHONSE FRANÇOIS, MARQUES DE SADE.
JUSTINE
O LOS INFORTUNIOS DE LA VIRTUD (1787)
La inclinación
antinatural a comer carne humana se da entre ellos de forma más deshumanizada. Los
indígenas de las islas Fidji consumen carne humana no por venganza, ni por
necesidad, sino por puro placer.
Reverendo
DAVID GARGIL (1838)
El canibalismo
es la práctica de comer individuos de la misma especie. Generalmente, se usa el
término para designar el acto en el que seres humanos devoran a otros seres
humanos, aunque lo correcto sería llamarlo antropofagia, pues tal conducta ha
sido observada también en el mundo animal.
El nombre
deriva del griego ántropos, “hombre” y de fagein, “comer”. El término “caníbal” se popularizo a partir
del descubrimiento de América, ya que Cristóbal Colón oyó a los primeros indígenas
que encontró, que los pueblos caribes eran comedores de carne humana.
De las antiguas civilizaciones suelen
denominarse antropófagos, mientras que los más cercanos en el tiempo reciben el
nombre de caníbales.
La palabra
canibalismo lleva aparejada una idea de crueldad que repugna a cualquier
sensibilidad. Golpea nuestra imaginación como un tambor en la selva, evocando
pesadillas de horror primigenio, de espantoso salvajismo, de miembros mutilados
y sangrientos altares presididos por horribles ídolos paganos. Se considera el último
tabú, el definitivo, una práctica atroz que atenta contra las leyes de dios y
de la naturaleza y que solo en circunstancias muy concretas puede ser permitida
por cualquier sociedad que se precie civilizada.
Los prejuicios
inculcados en el inconsciente colectivo durante siglos hacen que habitualmente
asociemos las practicas caníbales a una determinada zona geográfica, e incluso
a una raza en concreto.
Millones
de nativos llamados caníbales (Con motivo o sin ello), fueron aniquilados o
reducidos a la esclavitud, y sus riquezas, expoliadas en nombre de una supuesta
civilización.
De nuestro
pasado caníbal han sobrevivido miedos y conceptos que ningún desarrollo
cultural ha conseguido extirpar por completo. Podemos seguir el rastro a través
de relatos mitológicos, fabulas, novelas, películas, canciones y cuentos para
niños. Desde Hansel y Gretel a la saga de Hannibal el caníbal, desde Homero
hasta Edgar Allan Poe, desde el Marqués de Sade hasta Holocausto Caníbal.
El mito
del vampiro no es sino una variante del canibalismo, donde lo que se absorbe es
el fluido vital vehiculizado en la sangre. Y lo mismo podría decirse de las películas
de zombies hambrientos de carne humana. Nuestro propio lenguaje está repleto de
expresiones caníbales. Decimos de que alguien “está muy buena” (o muy bueno), o
que “esta para comérselo”.
El canibalismo
no es un fenómeno unitario, sino que varía tanto en lo que se refiere a su
contenido cultural como a su significado. Dependiendo del tiempo y de la
sociedad, puede quedar definido como un acto monstruoso y antinatural que
atenta contra la comunidad o como un sagrado deber moral en intereses del
bienestar de todos. Por ello se habla de diferentes tipos de canibalismo, desde
el canibalismo de supervivencia al canibalismo patológico. Todos los iremos
abordando poco a poco.Así que
si queréis acompañarme en este viaje alrededor del mundo caníbal estáis
invitados.
La única
ocasión en que puede eludirse el estricto tabú moral que se ha ido construyendo
en Occidente en torno a la práctica del canibalismo es cuando se constituye el último
recurso para sobrevivir a condiciones extremas; cuando las únicas opciones son
comer la carne de otro ser humano o morir de hambre. Se dice que cuando el estómago
hable, la moral calla.
Los imperativos
categóricos y las reglas de la moral ceden ante la necesidad alimentaria y el
instinto vital. La inanición es un enemigo cruel.
El escenario
y los actores cambian. Puede tratarse de un grupo de seres humanos aislado en
una región remota e inhóspita, una ciudad sitiada privada de toda posibilidad
de abastecimiento o unos náufragos perdidos en la inmensidad del océano. Pero el
drama representado siempre el mismo: el hombre contra los elementos, el hambre,
la sed, nada que comer salvo carne humana, nada que beber salvo sangre humana…
y el deseo de seguir viviendo. El canibalismo practicado como último recurso en
situaciones límite.
Pero ya
hablaremos en la siguiente entrega un poco más del canibalismo de supervivencia.
Espero que os haya gustado esta primera parte de la historia del canibalismo.
1929 hambruna en Rusia
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