CHIMPANCÉ ATACA A UNA MUJER Y LA DESFIGURA
Charla Nash y Travis antes del accidente
El
chimpancé Travis, de 90 kilogramos de peso atacó a Charla Nash, residente de
Stamford, el 16 de febrero del 2012 . La mujer quedó sin manos, nariz, labios y
sin párpados en el ataque. Los médicos de la Clínica Cleveland, de Ohio,
dijeron que ella quedó ciega y tendrá que ser sometida operaciones quirúrgicas
durante dos años. El ataque duró unos 12
minutos y terminó cuando la policía mató a Travis a balazos cuando éste se
disponía a abrir la puerta del patrullero.
El día del ataque, Herold llamó a Nash para que la ayudara a hacer
entrar al animal a la casa. Herold hizo conjeturas de que el chimpancé trató de
protegerla y atacó a Nash porque ésta se había cambiado de peinado, iba en un
automóvil distinto y colocó un juguete de peluche frente a Travis para captar
su atención. Herold, tuvo al chimpancé
durante 14 años desde que nació, lo vestía y le daba alimentos para humanos.
Cuando era más joven, Travis actuó en comerciales de Coca Cola.Travis sufría de
la enfermedad de Lyme , que provoca ataques de ira y la depresión en los
perros, los gatos y los seres humanos .Los reportes de toxicología confirman la
declaración de Sandra que ella le había dado a Travis té el día del ataque, que
podría haber exacerbado sus síntomas
Según la policía de Stamford, Herold les dijo que le había dado té a
Travis el lunes, antes del ataque, porque estaba agitado. Y en una entrevista
difundida el miércoles por la NBC dijo que le había dado al chimpancé té con
Xanax "cinco minutos" antes del ataque. Incluso mostró la taza a un
reportero. Un médico de la Universidad
de Chicago dice que el ansiolítico puede conducir a la agresión a personas
inestables. Herold había llamado a la
policía el lunes pidiendo ayuda para controlar al animal, mientras gritaba
"¡Apúrense, por favor! Le está destrozando la cara". La policía de Stamford divulgó cintas
grabadas del desesperado llamado telefónico de Herold a la policía mientras su
chimpancé se ensañaba con su amiga. En
la grabación puede escucharse al chimpancé lanzando gruñidos, mientras Herold
grita, "¡Está matando a mi amiga!"
El agente encargado de atender la llamada, dice "¿Quién está
matando a su amiga?" Herold
responde, "¡Mi chimpancé! ¡Él la destrozó! ¡Mátenlo a balazos, mátenlo a
balazos!" El chimpancé atacó a Nash
mientras Herold, de 70 años, apuñalaba a su amada mascota con un cuchillo de
carnicero. Luego, lo golpeó con una pala.
Charla Nash y las fases de la operación
LA TRÁGICA HISTORIA DE LOS 900 SOLDADOS JAPONES
Los casi 1.000 soldados japoneses se
introdujeron en los manglares, pantanos anegados con agua y barro hasta la
cintura, para recorrer una distancia de más de 16 Km. que los llevarían al
punto de encuentro con sus otro camaradas. La trampa se había montado, los
japoneses eran cazados por los francotiradores ingleses apenas asomaban de los
matorrales y su única alternativa era huir por los lodazales. Algunos aseguran
que los británicos intentaron convencer a los japoneses para que se rindieran
pero estos los ignoraron y prefirieron jugar su suerte e introducirse en los
aterradores manglares para comenzar una penosa marcha en plena noche. Atrapados
en el barro de los manglares, los japoneses empezaron pronto a sufrir los
efectos de las enfermedades tropicales, pero aún fue peor la presencia de un
gran número de escorpiones, mosquitos tropicales y miles de cocodrilos de agua
salada, los reptiles más grandes del mundo en su género. Bestias muy agresivas
que pueden llegar a los 8 metros de largo y llegar a pesar más de una tonelada.
Según el relato de algunos sobrevivientes, lo peor ocurría de noche, cuando uno a uno eran cazados por los cocodrilos que de una forma repentina emergían de las mugrosas aguas para atrapar con sus enormes fauces a los hombres que avanzaban a tientas. Lo más aterrador era escuchar los gritos en la oscuridad o cómo los huesos y el cráneo se quebraban por la mordida de estos reptiles, que tras su captura, desaparecían de la misma forma que habían llegado, en medio de remolinos de agua y barro.
“Las balas nada pudieron hacer por nosotros, hubiera sido mejor morir en manos del enemigo”, relató un joven soldado japonés de solo 20 años que aún tenía dibujado el terror en su rostro.
Durante su travesía, cientos de japoneses murieron en aquellas semanas producto de las heridas, picaduras de insectos y serpientes, otros por falta de alimento o agua, pero la mayoría simplemente devorados por los enormes cocodrilos de mar.
Hasta el día de hoy se discute la magnitud de este hecho, y hay quienes alegan que fueron 900 los soldados que se internaron en los manglares, que se capturaron 20, pero otros 500 salieron del pantano para seguir combatiendo, así, solo 400 fueron muertos por los dientes de cocodrilos.
Sin embargo, el Libro Guiness de los Records tiene al ataque de la Isla de Ramree como el más mortífero realizado jamás por esta clase de animales.
Finalmente cuando los británicos lograron penetrar en las zonas secas del pantano, de los casi mil soldados japoneses que en un principio habían huido hacia su interior, sólo fueron capturados una veintena de ellos, gravemente heridos y debilitados.
Según el relato de algunos sobrevivientes, lo peor ocurría de noche, cuando uno a uno eran cazados por los cocodrilos que de una forma repentina emergían de las mugrosas aguas para atrapar con sus enormes fauces a los hombres que avanzaban a tientas. Lo más aterrador era escuchar los gritos en la oscuridad o cómo los huesos y el cráneo se quebraban por la mordida de estos reptiles, que tras su captura, desaparecían de la misma forma que habían llegado, en medio de remolinos de agua y barro.
“Las balas nada pudieron hacer por nosotros, hubiera sido mejor morir en manos del enemigo”, relató un joven soldado japonés de solo 20 años que aún tenía dibujado el terror en su rostro.
Durante su travesía, cientos de japoneses murieron en aquellas semanas producto de las heridas, picaduras de insectos y serpientes, otros por falta de alimento o agua, pero la mayoría simplemente devorados por los enormes cocodrilos de mar.
Hasta el día de hoy se discute la magnitud de este hecho, y hay quienes alegan que fueron 900 los soldados que se internaron en los manglares, que se capturaron 20, pero otros 500 salieron del pantano para seguir combatiendo, así, solo 400 fueron muertos por los dientes de cocodrilos.
Sin embargo, el Libro Guiness de los Records tiene al ataque de la Isla de Ramree como el más mortífero realizado jamás por esta clase de animales.
Finalmente cuando los británicos lograron penetrar en las zonas secas del pantano, de los casi mil soldados japoneses que en un principio habían huido hacia su interior, sólo fueron capturados una veintena de ellos, gravemente heridos y debilitados.
Los pocos y harapientos sobrevivientes del calvario, no olvidarían por el resto
de sus días que aquel año de 1945 ellos habían salido airosos de la batalla con
uno de los depredadores más poderosos y peligrosos del mundo, el gran cocodrilo
de agua salada.
La masacre humana de Ramree se enmarcó en uno de los tantos relatos trágicos de
la Segunda Guerra Mundial, una más de otras tantas que narraremos, pero esa,
esa es otra historia.
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